Por Economía Feminita
En la madrugada del 11 de diciembre, el proyecto por la legalización del aborto obtuvo la tan esperada media sanción en la Cámara de Diputados. Después de 20 horas de sesión, la Ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo fue aprobada en la Cámara Baja por 131 votos a favor, 117 en contra y 6 abstenciones.
Luego del primer paso que nos acerca a la concreción de este postergado derecho para las mujeres y las personas con capacidad de gestar, resta la votación en el Senado, proyectada para fines de diciembre. Según el Poroteo por el Aborto Legal que desarrollamos desde Economía Feminita, en base a declaraciones públicas de nuestrxs representantes, prevee para entonces 33 votos a favor, 34 en contra y 1 ausente, aunque aún persisten 4 indecisxs.
Afuera del recinto la marea verde se hizo sentir: decenas de miles estuvieron presentes en las calles y siguiendo desde las redes a lo largo de todo el debate. La convocatoria en el Congreso superó muchas expectativas, con miles de autoconvocadas que esperaron durante toda la noche la votación. Nuevamente la ola verde inundó las calles, pujando por nuestros derechos como desde ya muchos años. La vigilia fue convocada por la Campaña Nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito desde las 10 de la mañana del jueves, donde colectivos feministas, mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries autoconvocades y distintas figuras públicas se movilizaron para manifestar su apoyo al proyecto de ley.
El miércoles pasado las comisiones de Legislación General, Legislación Penal, Mujeres y Diversidad y de Acción Social y Salud Pública aprobaron el dictamen que consiguió la media sanción, por 77 votos a favor, 30 en contra y 4 abstenciones. Si bien no es el proyecto de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que tenía estado parlamentario, es un proyecto muy similar al votado en el 2018.
Sobre las modificaciones del proyecto original enviado por el Ejecutivo que se dictaminaron el miércoles, hay tres casos de controversia: los requisitos para los menores de entre 13 y 16 años, el plazo de 10 días para garantizar la interrupción luego de su solicitud y el derecho a la objeción de conciencia por parte de los profesionales. ¿cómo afectan la garantía de la ILE?
El nuevo dictamen estableció que los objetores de conciencia deben garantizar la derivación de quien desee realizarse un aborto, a la vez que establece que se requerirá el acompañamiento de los progenitores junto con el consentimiento informado de aquellas personas menores de 16 años. Además, mientras la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito establecía 5 días para asegurar la IVE desde el momento de la solicitud del mismo, el nuevo dictamen lo lleva a 10.
Por otro lado, el nuevo proyecto establece con respecto al artículo 86 del Código Penal, «no es delito el aborto realizado con consentimiento de la persona gestante hasta la semana CATORCE (14) inclusive del proceso gestacional.” Bajo esa modificación, las mujeres y personas gestantes podrían interrumpir su embarazo sin sufrir penalidades. Ahora bien, ese avance no lo es todo: se necesita una regulación que siente las condiciones para que los abortos sean practicables de forma accesible y segura y, a su vez, no deje resquicios para arbitrariedades provinciales, asegurando la aplicación de la ley en todo el territorio.
La legislación que prohíbe el aborto, no evita ninguno. Sin embargo, el proyecto aprobado por la Cámara Baja el día de hoy presenta una serie de artículos que aún utilizan el derecho penal para la regulación del aborto luego de la semana 14, a diferencia de muchos otros países que dejaron de utilizarlo y despenalizaron el acceso a la práctica.
Los feminismos lograron la media sanción de una ley que marca el camino, con controversias, hacía el saldo de una deuda del Estado con las mujeres, lesbianas, varones trans y no binaries. Es una conquista histórica que, de conseguir la sanción del Senado, ubicará al país junto a Cuba y Uruguay, entre las referencias a nivel regional. Será ley y América Latina va a ser toda feminista.