Hoy se jugó el último partido de la primera ronda de clasificación de Rusia 2018 y también del Mundial de la igualdad. Argentina pasó de ronda en un partido sufrido pero bien resuelto contra Nigeria, que también dejó todo en la cancha. El equipo se volvió a encontrar, Messi hizo su magia y Rojo coronó con un final épico. Mientras tanto, Islandia perdía contra Croacia y quedaba fuera de su primer copa del mundo. En Rusia clasificaron Croacia y Argentina, en el mundial de la igualdad Islandia hubiese sido el ganador, no solo de su grupo sino de toda la copa.
Hay más feminismo en Nigeria que el que se lee en los libros o se escucha en las charlas de Chimamanda Ngozi Adichie. #BeingFemaleinNigeria (ser mujer en Nigeria) es el hashtag que hace tres años mostró en Twitter las situaciones que atraviesan las mujeres en el país africano más poblado. Las historias compartidas son conocidas y suenan familiares: trabajos considerados inadecuados para mujeres, acosos de desconocidos en lugares públicos, el matrimonio como único destino posible.
En términos de igualdad de género, Nigeria es realmente un equipo de mitad de tabla para abajo. Se ubica en el puesto 122 de 144 en el ranking elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF). Las mujeres tienen que hacerse cargo, en promedio, de tres niñxs. Según el Banco Africano de Desarrollo, las mujeres nigerianas realizan aproximadamente el 70 por ciento de los trabajos agrícolas, así como un 50 por ciento de las actividades de crianza de animales y un 50 por ciento del procesamiento de alimentos y, a pesar de ello, solo tienen acceso a un 20 por ciento de los recursos agrícolas disponibles.
No solo hay un acceso limitado a los servicios de educación (el 28 por ciento no está dentro del sistema) o de salud, sino que existe también la amenaza constante del terrorismo. El caso más conocido de esta problemática fue el secuestro de 230 niñas por parte de la organización Boko Haram en 2014.
En Nigeria, las mujeres tampoco pueden acceder a un aborto seguro, legal y gratuito, pero eso -como en Argentina- no impide que la práctica se realice de forma clandestina. Se estima que en el país africano se producen casi un millón de abortos por año.
Argentina tiene sus dificultades también. Los abortos clandestinos se estiman en medio millón por año. «Las ricas abortan, las pobre mueren», se puede leer en las multitudinarias marchas que ocupan las calles en los últimos días apoyando la ley de interrupción voluntaria del embarazo que ya tiene media sanción en el Congreso y espera ser tratada en el Senado. La foto que recorrió las redes sociales al terminar el partido, fue la de Messi con su cinta de capitán verde. Verde como los pañuelos que llenaron las plazas en 80 ciudades del país para mostrar que es un reclamo federal y no solo de Buenos Aires, como dio a entender la vice presidenta en un programa de televisión.
En el segundo tiempo, la Argentina tambaleó. También tambalea cuando de su economía se trata. En el entretiempo del partido, el INDEC publicaba una baja del 0,9 por ciento en la actividad contra el 2017. El descenso contra marzo fue del 2,7%. Y eso que aún no se han incorporado los efectos de la última corrida contra la moneda.
A pesar de que la Argentina está mejor ubicada en el ranking del WEF (puesto 34), cae al puesto 111 cuando se trata de la participación económica de las mujeres. La brecha salarial alcanza el 27 por ciento, pero aumenta a un 40 si consideramos las trabajadoras más precarizadas (que son más de un tercio del total).
En el Mundial de la Igualdad, Argentina supera ampliamente a Nigeria en materia de derechos para las mujeres y personas LGBTTTIQ+. En la cancha, también supo aprovechar sus habilidades y pasar a octavos de final. En las calles, las mujeres siguen jugando el segundo tiempo del partido por el aborto legal, seguro y gratuito.
Como dice Chimamanda Ngozi Adichie «todxs deberíamos ser feministas».