BAJADA: Hablamos con Maria Laura Berch y Laura Chiabrando por el estreno de su película “La noche sin mí”, que pone la lupa sobre los mandatos y microviolencias que enfrentan las mujeres en lo cotidiano.
Todo parecía ser una noche más en la vida de Eva: tenía que llegar a su casa, preparar la comida, ayudar a su hija con la tarea, hacer una torta para un sobrino. Hasta que llega una noticia que la transforma. Tiene que cumplir igual con esa rutina: la estructura familiar depende de ella. Pero por dentro algo había cambiado para siempre.
“La peli es una gran pregunta: ¿quiero seguir estando acá?”, comentan Maria Laura Berch (Directora de casting y coach actoral) y Laura Chiabrando (Profesora y Licenciada en Artes Audiovisuales), directoras de “La Noche sin mí”, en una entrevista con Ecofeminita. Se trata de su ópera prima, protagonizada por Natalia Oreiro, Pablo Cura, Teo y Matilde Chiabrando -hijos de la cineasta en la vida real-.
También te puede interesar: El derecho a ser y construir un hogar
Y qué interesante las múltiples capas de sentido que puede adoptar esa pregunta: ¿puedo? ¿quiero? ¿deseo estar acá? Como espectadores sentimos lo mismo que Eva, la misma tensión, incomodidad y agobio entre las cuatro paredes, con sus silencios y miradas. Justamente, lejos de querer cerrar la historia a un personaje puntual e individual, es una apuesta para pensar la sociedad en su conjunto.
Son las mujeres las que se encargan de sostener lo insostenible, las que realizan la mayor parte de los trabajos domésticos y de cuidados, como intentamos visibilizar desde hace años desde Ecofeminita,. Pero además, la protagonista enfrenta violencias y microviolencias, que ponen el foco en los vínculos intrafamiliares y los roles de género que fueron transmitidos social y culturalmente.
Sin intención de dar respuestas, la historia invita a debatir y a dar esas conversaciones que todavía nos faltan. Desde Ecofeminita hablamos con Berch y Chiabrando para seguir reflexionando y podés leerlo en esta nota.
¿Cómo nació la idea de la película? ¿Por qué eligieron contar esta historia en su ópera prima?

Laura Chiabrando: Empecé a escribir el guión a finales de 2018. Era un momento en el que muchas mujeres empezábamos a salir a las calles, a ir a marchas y a pensar en ganar espacios; pero cuando tenías conversaciones íntimas con otras mujeres, veías que todo eso que funcionaba en el afuera, muchas veces dentro de cuatro paredes era muy distinto. Entonces, esa distancia entre lo íntimo y lo colectivo era un poco lo que me llevó a escribir el guión.
¿En qué sentís que estaba esa distancia entre lo social y lo personal?
Laura Chiabrando: Generalmente la mujer que está inmersa en situaciones de violencia quizás no lo detecta o no se anima a poner un freno, lo sostiene como puede. Pero en el afuera, por ahí, se piensa a sí misma de otra manera. Eso era un poco lo que me interpelaba para escribir.
¿Cómo llegó Natalia Oreiro al proyecto? ¿Qué significa ella para ustedes?
Maria Laura Berch: Yo tengo muchos años de trabajo en cine pero en otra área, Lau me trajo la propuesta de dirigir. Queríamos una actriz que nos generara una inquietud, que fuese un desafío, que pudiese saltar al vacío en una obra prima de dos realizadoras que estamos aprendiendo a hacer cine. Pensamos en Natalia, que somos amigas, y se sumó enseguida. Fue súper generosa, ya dijo que sí antes de leer porque al ser mi primera película quería participar de alguna manera, además se sumó como co-productora. Para nosotras fue un lujazo, nos permitió trabajar con un grado de libertad absoluta.
Laura Chiabrando: Nati lo que le da a la peli es un montón de aristas con su trabajo y su presencia, le impone al personaje un montón más de matices que muchas veces no están escritos.
En la película se muestra todo lo que Eva tiene que sostener, ¿no? en su familia, en la casa, consigo misma. ¿Cuáles son los mandatos que pesan sobre ella? Y que a su vez pesan sobre muchas mujeres.
Laura Chiabrando: Ella es ama de casa, tiene su rol maternal, tiene que ocuparse de sus padres. Todas esas cosas que vamos adquiriendo, que forman parte de nuestra vida y que parece que no tenemos la posibilidad de decir que no.
Maria Laura Berch: Algo de lo potente de todas las enumeraciones que hace Lau es que no son propias del personaje de ficción, son nuestros cotidianos también. Una se siente reflejada en alguno de estos mandatos o puede entender algo de los mandatos, claramente la experiencia es colectiva y la salida de este tipo de situaciones y de vínculos termina siendo colectiva. Es muy notorio cuando la gente va a verla en el cine y tenés al lado sentado a alguien que no conocés y te das cuenta que nos pasa más o menos lo mismo.
Claro, te podés identificar con muchas cosas que pasan en la película.
Laura Chiabrando: Independientemente de lo generacional también. Nos ha pasado que ha habido gente muy grande que dice, «Bueno, sí, mi generación es toda así”.
Maria Laura Berch: Te dicen “es normal”.
Laura Chiabrando: Y después hay generaciones más chicas que de repente dicen «la veo a mi mamá”. Entonces un poco la peli invita a reflexionar justamente desde la experiencia individual para pensar un colectivo.
Maria Laura Berch: Esta reproducción de violencias e identificar los vínculos con microviolencias cotidianas hace a la sociedad, no solo a la experiencia de una persona o de un personaje en nuestro caso.
¿Les ha pasado que han ido familias a ver la película juntxs?
Laura Chiabrando: Mirá, de las cosas más fuertes que nos pasó: en Perú tuvimos un festival en Lima, una sociedad bastante diferente a la nuestra, con otra idiosincrasia, mucho más machista y conservadora. Se acercó un padre con la hija y el padre dijo «me voy ahora a pensar en todas las cosas que hice». Una invita a una reflexión que andá a saber para dónde dispara, pero por lo menos la reflexión está.
Maria Laura Berch: El día de la madre fue espectacular porque vino un chico joven con su novia, su mamá y su papá; dijo que le había hecho caso a un amigo que le dijo «llevá al cine a ver esta película a las mujeres que amás”. El señor cuando se levantó dijo «un poco fuerte para el día de la madre”, y la madre dijo «no, estuvo muy bien venir a verla hoy”.
Increíble. Recién hablábamos de las cosas que Eva sostiene, que incluye el trabajo doméstico no remunerado. ¿Qué creen que dice la película sobre eso? ¿Qué tanto creen que se habla del tema en nuestra sociedad actual?
Laura Chiabrando: Hablar se habla poco, hacer hacemos un montón. Se han logrado un montón de cosas, pero también hemos retrocedido estos años en un montón de otras cosas. El lugar que siempre ha tenido la mujer de alguna manera sigue estando, más allá de que nos podamos pensar como mujeres independientes. Entonces, hablar desde lo íntimo nos permitía pensar esto, partir de la intimidad de lo que sucede en una casa para generar debates, para ver qué salidas podría haber o cómo o cómo generamos los vínculos para que estas cosas no sean de esta manera.
Maria Laura Berch: Esto lo reflexionamos mucho, porque nosotras teníamos como faro la idea de poder hacer una película donde el personaje lo sabe en el cuerpo, lo entiende en el cuerpo, pero todavía su cabeza no llega a gestionar un discurso acorde a esto que siente, ¿no? Pensando que la película es una gran pregunta, es una pregunta de si quiero estar acá, si puedo seguir estando acá, si debo estar acá, no sé, la pregunta como se la formule cada uno… pero lo que no da la peli es una idea de única respuesta salvadora, ¿no? Pero no es que sea devastadora, el hecho de podernos hacer la pregunta genera un camino más luminoso.
Algo interesante de la película para reflejar estos mandatos es el cómo: los silencios, en las miradas de ella, que parece que están a punto de explotar. Justamente quería preguntarles: ¿qué recursos eligieron, cómo trabajaron desde la tensión y el suspenso para lograr este “terror” en lo cotidiano?

Laura Chiabrando: Como no teníamos un conflicto central que haga avanzar la acción, teníamos que construir a partir de tensiones. Tuvimos la compañía de Diego Poleri y de Gaspar Scheuer, dos miradas masculinas que nos ayudaron a pensar cómo podíamos transmitir esta interioridad del personaje. Para nosotras era importante también una mirada masculina; son dos personas muy sensibles, que tienen mucha experiencia y nos fueron decodificando lo que nosotras queríamos decir. A través de este cotidiano, de una sola noche, nosotras queríamos mostrar la cabeza del personaje; ahí estuvimos muy acompañadas de ellos y obviamente de todo el equipo.
Maria Laura Berch: Tanto Lau, Natalia y yo somos mamás de varones también. No queríamos que el varón fuese un único demonio en sí mismo, porque sentimos que cerraba un poco como el concepto, ¿no? De hecho, Pablo Cura, que es nuestro actor, tenía este doble filo, como papá con la niña atento, amoroso. Nos parecía valioso abrir el diálogo a que no sea solo de mujeres, sino decir, «estamos listas para dar el diálogo también hacia afuera». En este mix de equipo, que tenía mayoría mujeres, estas miradas masculinas que teníamos muy estratégicas también le devolvieron a la película otra línea de reflexión.
¿De qué manera sienten que las cambió haber hecho la película?

Laura Chiabrando: Si hay algo que me llevo es aprendizaje. Cada vez que veo la peli le encuentro nuevos sentidos, que de alguna manera me ayudan a repensarme en varias aristas, entonces para mí es un lujo. Me siento sinceramente muy afortunada.
Maria Laura Berch: Total. Para poder fluir en dupla, trajo mucha reflexión interna. Y creo también que la hicimos en un momento… y que mucho de la película se reflexiona hoy. Y esa es la vida útil de la película. La hicimos para que se vea en el cine, la experiencia en eso también cambia.
Laura Chiabrando: Mirá, me acordé de un detalle; en las primeras versiones del guión, había un pañuelo verde colgado en el espejo, en la primera escena del auto. En su momento decidimos sacar ese elemento por temor a que el relato quede viejo o anclado a un momento específico, al símbolo de una época. Y ahora sería actual también. Me parece que en el momento que nosotras logramos estrenar, es el momento indicado para seguir dando este debate en una sociedad que está bastante compleja.
¿Por qué creen que es importante mostrar esta historia hoy en día, en la actualidad de nuestro país? Para profundizar un poco más lo que comentaban recién.

Maria Laura Berch: Somos dos mujeres contando el relato de una mujer, donde hay un sistema que está silenciando de alguna manera todas las ventanas de posibilidades de estas mujeres de pedir ayuda. Lo digo en concreto, lo que se cierran son ventanas para que estas mujeres pidan ayuda. No es solo una cuestión de que este organismo esté o no esté, es una reflexión que tenemos que dar desde otro lugar.
Y en un momento del cine que… al haberse perdido los espacios, la pluralidad de voces y la diversidad de miradas y el apoyo a películas autorales que traigan reflexión y no necesariamente millones de espectadores, también es para nosotras muy significativo. Para nosotras tener una sala de 30 personas que se reúnen a conversar, 30, 50, 100, no importa el número, pero que se junten a conversar sobre cómo podemos vincularnos mejor y sin violencia nos parece eso un lujo.
Para cerrar, ¿por qué recomendarían la película? ¿A quiénes les gustaría que llegue esta historia?
Laura Chiabrando: Recomendamos la película porque estamos convencidas que es una peli que invita a la reflexión en un momento en que todos necesitamos pensarnos como sociedad. Y también les contamos que en el Cine Cacodelphia estamos haciendo funciones con debates. La invitación a poder ir a la sala de cine para pensarnos desde la intimidad y poder compartir en lo colectivo.
Maria Laura Berch: Es lo que dijo Lau, solo sumaría que realmente es una película para ir en pareja, para compartir con el otro, con la otra. Es una película que invita a ir en compañía.
“La noche sin mí” se proyecta con funciones debate en el Cine Cacodelphia y en diferentes salas del país. Podés ver más información en sus redes sociales.



