Edición Marzo 2021
Equipos #MenstruAcción y #EcoFemiData de Ecofeminita
El análisis de los indicadores económicos oficiales nos proporciona variables cuantificables acerca de la desigualdad de género. Sabemos que las mujeres perciben ingresos que son, en promedio, un 25-27% inferiores a los de los varones, que estamos subrepresentadas en el mercado del trabajo remunerado y que generalmente estamos expuestas a mayores niveles de informalidad laboral. Y, si bien en los últimos años nos hemos acostumbrado a ver estos valores en medios e informes oficiales, todavía hay indicadores que permanecen invisibles. Por eso, desde la campaña #MenstruAcción queremos mostrar otro factor de desigualdad: el gasto menstrual.
Calcular cuánto cuesta menstruar conlleva varios obstáculos. Para empezar, los datos demográficos con los que contamos dividen a la población en varones y mujeres. Pero no todas las personas que menstrúan son mujeres ni todas las mujeres menstrúan. Por otro lado, tampoco contamos con informes que releven la estructura de consumo de productos de gestión menstrual: no sabemos en qué proporción se consumen toallitas, tampones o copas menstruales. Sin embargo, elegimos hacer este ejercicio a sabiendas de que el resultado no será tan preciso como podría serlo para visibilizar un gasto que recae especialmente sobre un sector cuya situación de partida es por demás desventajosa.
Primero nos respondemos ¿De dónde sacamos los datos?
Al igual que lo hicimos en 2019 y 2020, corrimos el MenstruScrapper que desarrolló Nayla Portas ([LAS] de Sistemas), que nos brindó información actualizada sobre toallitas y tampones publicados en Precios Claros. Obtuvimos un total de 103.911 observaciones con precios de toallitas y tampones de distintas marcas a lo largo del país. Este proceso, que da inicio a nuestra estimación, se repite semestralmente con la intención de captar el proceso inflacionario de los productos y realizar comparaciones.
Posteriormente, limpiamos y corregimos los datos obtenidos para que las cantidades informadas se correspondieran con la descripción de los productos. Esto fue necesario para poder hacer un cálculo de los precios por unidad de cada uno de los productos y conseguir una estimación a nivel provincial de estos precios. Para calcular el promedio nacional es necesario ponderar estos precios, y para ello hicimos una estimación de la cantidad de personas que menstrúan en cada provincia. La misma se calcula a partir de la cantidad de mujeres de entre 13 y 49 años (edades estimadas de menarca y menopausia) que se publican en las proyecciones poblacionales del INDEC para 2021. Con estas cifras, obtuvimos las proporciones que nos sirven para calcular el peso que tienen los precios de las provincias en el total nacional (o sea que, en el promedio general, los precios promedio de las provincias más pobladas tendrán más peso que los de aquellas en las que habitan menos mujeres de dicho rango etario).
Los resultados
A partir de este procedimiento arribamos a los siguientes resultados, que expresan un promedio del total nacional. Como se puede ver, en marzo el precio promedio por unidad de las toallitas fue de $11,31, y el de los tampones fue de $14,59.
A su vez, teniendo en cuenta un promedio de 13 ciclos por año, y la utilización de aproximadamente 22 productos por ciclo, estimamos también un costo por persona por año según si utiliza para la gestión menstrual toallitas, o tampones. En este caso, los costos son de aproximadamente $3.233 y $4.172, respectivamente.
Inflación menstrual
Al mismo tiempo, dado que en cada actualización nos encontramos con precios cada vez más altos, nos preguntamos por lo que llamamos la inflación menstrual: ¿Cuál fue la variación de precios de estos productos respecto a las últimas estimaciones?
Utilizando los datos publicados por el Índice de Precios al Consumidor del INDEC, pudimos calcular la variación de precios de los productos de gestión menstrual y contrastarlos con el IPC. De esta comparación surge que tanto las toallitas como los tampones aumentaron un 10% durante el último año.
El costo anual de menstruar equivale entonces, por ejemplo, a lo que se percibe por Ayuda Escolar Anual ($3.367). No es difícil entender que semejante gasto complica la economía de los hogares en situación de pobreza e indigencia, o incluso a las familias trabajadoras cuyos ingresos se mueven, en los últimos tiempos, por debajo de la inflación. Esto se ve agravado por el contexto de deterioro de las condiciones de vida y la dificultad en el acceso a variedad de productos que pesa sobre una gran parte de la sociedad a causa de la pandemia por covid-19. El reclamo por una gestión menstrual digna y saludable también debe sostenerse en este momento, en el que el mundo tiene su foco puesto en el sistema sanitario. Una apuesta por una mirada integral de la salud, más amplia que la de “ausencia de enfermedad”, se vuelve necesaria en contextos como el actual.
Desde #MenstruAcción seguimos exigiendo la quita del IVA para todos los productos de gestión menstrual, su provisión gratuita en escuelas, cárceles, universidades, hospitales y otros espacios comunitarios, e investigación y elaboración de datos que permitan tomar decisiones tanto públicas como privadas respecto a la gestión menstrual.
Ediciones anteriores:
- Septiembre 2020 (ver nota)
- Marzo 2020 (tutorial de cálculo con RSoftware)
- Septiembre 2019 (ver nota)
- Marzo 2019 (ver nota)
El código utilizado en esta edición se puede ver acá.