El #8M las mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries paramos, acá y en todo el mundo.
Paramos para poner en evidencia que son los trabajos de cuidados, en su mayoría no remunerados o mal pagos, los que sostienen a nuestras economías. Paramos porque ganamos menos que los varones, somos desvaloradas en los entornos laborales y hostigadas sexualmente tanto en espacios públicos como privados. Juntas y juntes trascendemos fronteras en la lucha por nuestros derechos.
Desde el 2015 alzamos la voz por #NiUnaMenos porque le decimos basta a la violencia machista, la lesbofobia, la bifobia, el transodio y toda forma de opresión basada en el género.
Como todos los años, seguimos pidiendo por #MenstruAcción. Porque hay niñas y adolescentes que faltan a las escuelas y el acceso a la salud menstrual hoy es un factor de desigualdad económica.
Exigimos que se implemente la Educación Sexual Integral en todas las escuelas del país, para que nadie quede excluide de tener una ESI laica y científica.
La desigualdad de género se puede medir y esto permite diseñar politícas públicas concretas para mejorar la sociedad que tenemos. La principal fuente de desigualdad tiene que ver con la distribución asimétrica de los cuidados. Por esto seguimos exigiendo un Sistema Integral de Cuidados, una reforma tributaria progresiva, y aumentos de las licencias parentales.
Este #8M nos encuentra otra vez en las calles, retomando reclamos impostergables, y remarcando la importancia de que nuestro lugar en la calle tiene la potencia que los feminismos vienen demostrando desde sus inicios. Paremos el mundo por una sociedad más justa e igualitaria.